Superando una tormenta

Acróbata, aventurera de la vida en autocaravana, piloto de Harley® – ahora Laura Vörtler ha añadido la moto a su repertorio de trucos

ASÍ SE LO HA CONTADO A JEREMY PICK

FOTOS ALEX IRVINE / LAURA VÖRTLER

Siempre fui un poco temeraria mientras crecía. De niña, tenía un poni llamado Sunny, pero montarlo no era suficiente. Siempre intentaba ir de pie sobre su lomo, o saltar y hacer trucos. Mis padres proceden de familias de actores y creativos, así que siempre fomentaron mi lado loco ya de joven.

Cuando cumplí los 18 años, me trasladé de mi casa en Baviera (Alemania) a Francia y comencé un aprendizaje en una hípica, donde entrenábamos caballos para películas y espectáculos en vivo. A partir de ahí, pasé a trabajar en espectáculos en Holanda, España y Francia. Esas conexiones me llevaron a realizar trabajos de acrobacia ecuestre en películas, y luego a un periodo de 12 meses actuando en el mayor espectáculo ecuestre del mundo, Cavalia, que recorrió toda China.

Mi trabajo de acrobacia ecuestre incluye todo tipo de habilidades: colgarse del caballo o saltar hacia abajo, o el volteo cosaco, en el que se monta de pie con un pie en cada caballo. También está la doma en libertad en el que los caballos reaccionan simplemente al lenguaje corporal, sin riendas ni equipo; cuando tienes seis caballos galopando a toda velocidad hacia ti y tienes que hacer que se detengan un centímetro delante de ti solo con tu lenguaje corporal, ¡puede llegar a ser un poco aterrador!

Me metí en el mundo de las acrobacias en moto por casualidad. Estaba trabajando en una película en Marruecos y mi jefe necesitaba a una chica para hacer una acrobacia en moto: una tumbada de una moto a toda velocidad. En aquel momento, ni siquiera sabía pilotar correctamente una moto, pero pensé que no podía ser tan difícil, ¿verdad? Si puedo caerme de un caballo, puedo caerme de una moto. La primera maniobra consistió en zigzaguear entre el tráfico a gran velocidad en una moto con un pasajero en la parte trasera, colocar una bomba electrónica en un coche y seguir pilotando mientras la bomba explotaba, y luego hacer caer la moto en un punto preciso para evitar atropellar a la gente en la calle. Afortunadamente, el equipo tenía mucha confianza en mí: me ayudaron a aprender a pilotar una moto, rápidamente, lo que me llevó a una nueva pasión.

El haber entrenado para saber siempre lo que hace un caballo debajo de mí a través de mis caderas y mi estructura muscular me ayudó mucho con la moto. El principio es básicamente el mismo: puedo saber en qué momento un caballo o una moto perderán o recuperarán la tracción. Aunque es psicológicamente difícil hacer caer una moto a tu voluntad, porque es exactamente lo contrario de lo que sabes que deberías hacer, si aprendes las técnicas necesarias y empiezas a desarrollarlas en pequeños pasos, al final se convierte en un reflejo y puedes ir a por ello.

Aunque sigo haciendo trabajos de acrobacia ecuestre, ahora hago cada vez más trabajos de especialista en moto en series de televisión y películas. Hasta ahora he trabajado principalmente como doble: he doblado a muchas actrices, como Claire Danes, Blake Lively y Jessica Chastain, y pronto se estrenará una película llamada Borderlands, en la que doblaré a Cate Blanchett. He aparecido en Los Ángeles de Charlie, Deep State y en la octava temporada de Homeland, y también estaré en la próxima Misión: Imposible 7 y La princesa de Disney. Tengo previsto orientarme cada vez más hacia papeles de acción/actuación en el futuro, así como hacer de doble en escenas de acción.

En el trabajo de acrobacia, la clave es ser capaz de replicar la misma acción y ser realmente preciso, y eso significa ser capaz de entender y controlar cada movimiento de una moto. En este momento, me estoy centrando en añadir más habilidades a mi repertorio de pilotaje de motos, así que estoy trabajando en perfeccionar los caballitos, los invertidos, los derrapes y los saltos. Eso es lo que realmente me gusta de mi trabajo: aprender continuamente y superar mis límites para hacer algo nuevo y diferente.

Siempre me han fascinado las motos Harley-Davidson®; tienen mucha historia detrás. Incluso la gente que no sabe nada de motos sabe lo que es una Harley. Poseer una era mi sueño desde la adolescencia, pero siempre me pareció inalcanzable hasta hace poco, cuando me mudé a Londres.

Me compré una Sportster® 883 versión 100º aniversario de 2003 e inmediatamente empecé a trabajar en el proyecto de personalización con el que había soñado desde hacia tiempo. Quería superar los límites de esta moto y convertirla en una moto que pudiera utilizar fuera del asfalto, así como para mis desplazamientos a trabajos de acrobacia y entrenamiento. Mis primeros pasos fueron equiparla con unas suspensiones Öhlins para ganar altura, mejorar el rendimiento del motor, instalar un escape de acero inoxidable 2-en-1 y un manillar de estilo motocross.

La moto venía originalmente en un blanco perlado brillante, que no era realmente mi estilo, así que no me corté y tomé prestada de la moto de carreras de flat track de mi novio unas tapas y un depósito de gasolina negros con una llama dorada brillante. Actualmente estoy diseñando mi propia pintura personalizada, y cambiaré las llantas, los neumáticos y los frenos por algo más adecuado. Para facilitar aún más mis aventuras y permitirme llevar mi equipo de acrobacias, estoy trabajando en un sistema de portaequipajes, bolsa y sillín a medida. De este modo, puede ser mi compañera de aventuras, o puedo desmontarla para que quede muy bien para salir a rodar los fines de semana. Esto es lo que me encanta de las Harley: puedes hacerte tu propia moto y adaptarla tan fácilmente para hacer las cosas que quieras.

Como probablemente puedas adivinar, mi último flechazo con Harley es la nueva Pan America™. Para mí, es la moto definitiva que cruza entre la carretera y el off-road. La probé el año pasado en una sesión de vídeo en Albany, Nueva York, con mi amigo Damien Bray, Jason Momoa y los Frozen Few, un grupo de gente magnífica y fantásticos aficionados famosos por correr con motos Harley-Davidson antiguas sobre hielo y nieve. Me enseñaron a arrancar y pilotar sus increíbles motos con cambio de marchas en el depósito y mando de embrague en el pie sobre un lago helado, lo que fue probablemente una de las mejores experiencias de mi vida.

En 2016, mi padre y yo transformamos una furgoneta que se convirtió en mi pequeña casa sobre ruedas durante los últimos cinco años. En ella llevo todo mi equipo de acrobacias, de equitación y de escalada, así como un taller de cuero donde puedo reparar el equipo y los aperos de montar, o hacer bolsos, cinturones y joyas de cuero, que es mi afición. Tiene un enganche de remolque y un porta-motos en la parte trasera, lo que me permite cargar mi Sportster, mi moto de cross y mi remolque para caballos, de modo que si surgen trabajos de acrobacia en cualquier lugar de Europa o incluso de Marruecos, puedo meter todo en mi furgoneta y conducir hasta allí. No tengo que preocuparme por la seguridad gracias a mi perra lobo checa Nouka, que es un espectáculo impresionante, ¡aunque le da bastante miedo la gente! La tengo desde que era cachorro y se ha adaptado bien a los viajes y a entornos cambiantes. Es mi mejor amiga, y me ha hecho ser más prudente y ralentizar un poco mi ritmo; en cierto modo, nos cuidamos mutuamente.

He estado trabajando intensamente durante el último año, así que ahora me tomo un descanso, lo que me da algo de tiempo para invertir en mi formación y mi futuro. Esto significa asistir a clases de interpretación, a un entrenamiento semanal de artes marciales y kickboxing, a cursillos de pilotaje de rally y acrobacias, sacarme el certificado de monitora de buceo, montar a caballo y escalar en roca cuando tengo tiempo, o montar en mi Harley o moto offroad para mejorar mis habilidades con la moto: literalmente, no hay un minuto en el que no esté intentando esforzarme un poco más de alguna manera. ¡Y cuando me duele demasiado el cuerpo para hacer cualquier otra cosa, me relajo trabajando el cuero!

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