Probando la Topper

Un artículo de 1959 en The Enthusiast demostraba la robustez del único scooter fabricado nunca por Harley-Davidson^®

En el éxito A Horse With No Name de 1971 de la banda folk America –quizás una de las canciones más famosas sobre la vida en el desierto–, el grupo canta sobre escapar de la monotonía de la vida cotidiana con la letra: “Se sentía bien estando lejos de la lluvia”. Quizá no pensaba lo mismo Jerry Standefer, quien, como detalla este artículo original, pilotaba una Harley-Davidson^® Topper en una prueba de resistencia de 967 km (600 millas) y dos días de duración desde Bakersfield, California, a través del famoso Valle de la Muerte. Le acompañó Ross Wooten, concesionario Harley-Davidson de Bakersfield, en una 74. “La Topper aguantó mucho más el calor que nosotros”, comentó Ross. “Fuimos a propósito al Valle de la Muerte buscando temperaturas extremadamente altas para poner a prueba el motor de la Topper y las encontramos”.

Fabricado entre 1960 y 1965, la Topper tenía un motor monocilíndrico de 165 cc y dos tiempos, montado horizontalmente entre las plataformas reposapiés. Se ponía en marcha mediante una cuerda de retroceso, tipo cortacesped. Y a diferencia de la mayoría de scooters con motor cerrado, el motor de la Topper no tenía ventilador de refrigeración. Podrías pensar que no era el vehículo adecuado para un viaje al desierto de Mojave. Pero te equivocarías.

La ruta iba de Bakersfield a Trona (125 millas/201 km) hasta Stovepipe Wells, donde la pareja pasó la noche. A la mañana siguiente, temprano, viajaron por “carreteras accidentadas y arenas calientes” hasta el calor “abrasador” de Badwater Basin. Tal como detalla el artículo “A 85 metros bajo el nivel del mar, Badwater es el punto más bajo de este hemisferio y el lugar más caluroso de Estados Unidos”.

Desde Badwater Basin, subieron hasta la cima del monte Whitney, el pico más alto del país. Un dato curioso es que los puntos más bajo y más alto de los Estados Unidos contiguos están a sólo 137 km de distancia. Finalmente, “cuando llegaron a la cumbre, la pareja dio media vuelta y llevó la Topper de vuelta a Bakersfield”. La dura prueba culminó recorriendo los últimos 16 km gas a fondo”.

Enfrentándose a temperaturas “de unos 50 ºC” y a “alturas de 2500 metros, senderos sembrados de rocas, sal corrosiva y otros peligros”, la Topper se lo tomó todo con calma. De hecho, todo el recorrido se hizo “sin hacer un solo ajuste ni hacer uso de ninguna herramienta”, se maravilló Ross. “La Topper, con un piloto de 95 kg a bordo, no tuvo ningún indicio de sobrecalentamiento, mientras que muchos coches hervían y chorreaban agua”.

Al volver a Bakersfield, “la Topper sólo necesitó cinco minutos de limpieza con un trapo antes de volver a exponerla”, añadió. Puede que un caballo sin nombre sea una forma más clásica de viajar por el desierto, pero el scooter llamado Topper sin duda puede con todo.