Amor, risas y ropa de cuero

Esta pareja emprendió un viaje inolvidable para celebrar su 10.^o aniversario, alcanzando el hito de los 50.000 km.

Texto: Deep Sagar y Nehal Patt

Olvídate de los ramos de rosas y de las cenas elegantes: ¡este aniversario lo celebraremos con el estruendo de nuestra Harley^® y el viento en la cara! Diez años de aventuras conyugales en moto, y nuestra fiel montura está a punto de alcanzar un gran hito: 50.000 km de libertad sobre dos ruedas. El cuentakilómetros se acercaba con cada latido del corazón, y el sol de la mañana hacía brillar el cromo como promesa de una ruta épica. Con las cazadoras de cuero puestas y una sonrisa más amplia que una maleta lateral, estábamos a punto para hacer de este aniversario una aventura sobre dos ruedas digna de pasar a la historia.

No somos nuevos en esto: hemos acumulado kilómetros explorando Oriente Medio y hemos creado muchos recuerdos duraderos por el camino. Algunos de nuestros viajes favoritos incluyen el recorrido por la Gobernación de Musandam, en Omán, aventurándonos por la escarpada belleza de la península, explorando sus fiordos, playas vírgenes y pueblos encantadores. Pilotando junto a nuestros amigos del H.O.G.^®, hemos experimentado la camaradería y la pasión compartida por la aventura que hacen que el motociclismo sea tan especial.

También nos hemos embarcado en un crucero con delfines, presenciando las juguetonas travesuras de estas inteligentes criaturas mientras danzaban junto a nuestro barco. La experiencia fue estimulante y reconfortante, un recordatorio de la belleza y maravilla del mundo natural.

Pilotar por los Emiratos Árabes Unidos también es uno de nuestros favoritos. Hemos explorado todas las curvas del país, desde las bulliciosas ciudades hasta los serenos desiertos. Una de nuestras rutas más memorables tuvo lugar durante el Festival de Liwa, en Abu Dhabi (es un recorrido de unos 1600 kilómetros), donde navegamos por el vasto desierto de Liwa, el mayor de los EAU. Las dunas, las noches estrelladas y la sensación de aventura hicieron que fuera una experiencia inolvidable.

Estos son sólo algunos ejemplos de las muchas aventuras que hemos vivido en los últimos años. Cada ruta ha sido una experiencia única, llena de alegría, emoción y la libertad que sólo se consigue saliendo a carretera abierta en moto. Fue la forma perfecta de celebrar nuestro hito personal…

La carretera abierta se extendía ante nosotros como un lienzo en blanco, suplicando ser pintada con los recuerdos de nuestra aventura del 10.^o aniversario. Habíamos elegido una ruta que ocupaba un lugar especial en nuestros corazones: el pintoresco camino costero desde Sharjah, que serpentea a través de Fujairah y culmina en la encantadora ciudad costera de Kalba. Cada giro y curva ofrecía unas vistas impresionantes del mar, una vista familiar pero siempre cambiante que reflejaba la alegría de celebrar una década juntos. El viento azotaba nuestros cascos, arrastrando risas y conversaciones, puntuadas por el rítmico retumbar de la Harley.

Los kilómetros pasaban como un sueño feliz, el paisaje era un caleidoscopio de recuerdos entrelazados con la emoción de la ruta. De repente, una campanada digital resonó en la instrumentación: ¡nuestra Harley había alcanzado los 50.000 km! Gritamos de alegría, con la adrenalina por las nubes, mientras nos deteníamos en un mirador, un impresionante telón de fondo para tan señalada ocasión, y capturábamos el momento con la cámara.

Nuestra primera parada llegó antes de lo esperado, una deliciosa sorpresa enclavada en el corazón de Kalba: el Café Gardenia. Esta pequeña joya había sido uno de nuestros lugares favoritos para desayunar en nuestras primeras aventuras juntos en moto. Al entrar, recordamos aquellos primeras salidas, las mariposas en el estómago al explorar nuevas rutas y la emoción de descubrir tesoros ocultos como este café. El amable personal nos saludó como a viejos amigos, y su delicioso desayuno nos llenó de energía para el resto del viaje. Mientras saboreábamos el café, no pudimos evitar sonreír: hay cosas, como la buena comida, la buena compañía y la carretera, que nunca pasan de moda.

Cuando el sol empezó a descender, proyectando largas sombras sobre la carretera, emprendimos a regañadientes el camino de regreso a casa. Los kilómetros de vuelta parecían más cortos y nuestros corazones rebosaban de la satisfacción de un día perfecto. Reflexionando sobre el viaje, nos dimos cuenta de que era algo más que una celebración de kilómetros, era un testimonio de la fuerza duradera de nuestro amor.

Compartir la carretera, con el viento azotándonos el cabello, se había convertido en un preciado ritual, una forma de reconectar y redescubrir juntos la alegría de la aventura. La moto, antaño un símbolo de libertad para los corazones jóvenes, se había transformado en un símbolo de nuestra duradera asociación.

Volvimos de esta ruta sintiéndonos aún más agradecidos el uno por el otro. Los retos compartidos de la carretera, los desvíos inesperados y los momentos de pura alegría, todo ello contribuyó a solidificar el vínculo que compartimos. Sabemos que, independientemente de lo que la vida nos depare, lo afrontaremos juntos, codo con codo, dispuestos a conquistar cualquier carretera que se nos ponga por delante.

---

Etiquetas: