La mente sobre la materia

Las habilidades mentales son tan importantes en la conducción de motos como las físicas, afirma Ray Petry de la Harley-Davidson® Riding Academy – aquí tienes algunos consejos para dominarlas

TEXTO: RAY PETRY

En mi opinión, las habilidades mentales que conlleva el pilotaje de una motocicleta son tan importantes como las físicas, y 40 años de pilotaje seguro son los que fundamentan mi opinión. Sin embargo, esas habilidades mentales rara vez se valoran tanto como las físicas.

Puedes ver muchísimas demostraciones de habilidades físicas de pilotaje. Es comprensible si tenemos en cuenta que nadie se sentaría en las gradas para ver una competición de “habilidades mentales del motociclismo”; sin embargo, esas habilidades mentales me resultan mucho más impresionantes que las físicas. Presumir de tu capacidad para reaccionar ante una situación con una habilidad física frente a evitar el desastre con una habilidad mental, es como decirle a alguien que eres un experto en casi caer. Utilizar una estrategia superior es el sello de un piloto excepcional, y eso significa evitar una caída pensando por adelantado en lugar de tener que recurrir a la pericia física.

Dejadme compartir una historia con vosotros para ilustrar mejor esto. En 1972, yo era un niño de nueve años que intentaba hacer amigos en un barrio rural al que mis padres se habían mudado recientemente. El vecino más cercano estaba a un kilómetro de distancia, y hacer amigos resultaba imposible, sobre todo porque todos los niños de mi edad tenían una moto offroad y yo no. Después de pedírsela a mis padres hasta acabar con su paciencia, me regalaron a regañadientes mi primera moto: una trail de 50 cc. Con la moto venía un casco pintado con purpurina roja y una advertencia de mi madre: “Si alguna vez te veo en la moto sin el casco, se acabó la moto”. Es una regla que sigo hoy en día, a pesar de que mi madre falleció hace más de 16 años. Esa moto era sinónimo de libertad y amistad, experiencias que nunca he olvidado y que no cambiaría por nada.

Utilizar una estrategia superior distingue a un piloto excepciona del resto

¿Qué tiene que ver todo esto con llevar una moto de forma competente? Una lección que aprendí por las malas. Verás, aprendí a pilotar esa pequeña moto y a saltar, derrapar, hacer caballitos y todo lo que se te ocurra. A pesar de la estricta norma de PROHIBIDAS LAS MOTOS DE CARRETERA en mi casa, compré una moto de asfalto poco antes de cumplir los 17 años. Esto causó un auténtico terremoto, ¡pero esa es otra historia! Volviendo al Ray de 17 años… estaba convencido de que lo sabía todo y razonaba que podría trasladar mis increíbles habilidades en moto offroad a la calle. ¡Y vaya si me equivoqué! No sólo no lo sabía todo, sino que aprendí una lección muy dura. Un día, mientras llegaba a un cruce a gran velocidad con mi moto, giré en la calle transversal cuando un coche también empezaba a hacer el giro. Sólo tuve tiempo de decir “¡NO!” en voz alta dentro del casco antes de impactar con el parachoques de acero de aquel Chevy Nova de los años 70. La horquilla delantera se dobló hacia abajo, y el Nova me golpeó con fuerza en la pierna izquierda al frenar, quedándome atrapado bajo el coche y contra mi moto. Todavía puedo sentir la mordedura de aquel parachoques de acero en mi pierna unos 40 años después. Mi moto quedó destrozada, pero salí de allí como un joven muy afortunado, con sólo unas magulladuras y una enorme contusión en el muslo izquierdo. En aquel momento, la policía denunció al conductor del coche por invadir mi preferencia de paso; el clásico accidente de “no lo vi, giré a la izquierda delante de una moto”.

Avancemos hasta la primavera siguiente, cuando un amigo que compraba una moto nueva me ofreció regalarme su anterior moto, que estaba aún en buen estado, pero con una condición: insistió en que hiciera un curso de seguridad para motos. Me resistí mucho al principio, pero finalmente hice el curso. Fue metido en esa aula donde lo descubrí todo. En mi accidente tuve mucha responsabilidad. Estaba circulando muy por encima del límite de velocidad, a través de la zona más peligrosa para las motocicletas –un cruce– con la tranquilidad de tener la prioridad. El pobre chico del Nova no tuvo oportunidad de verme venir, y técnicamente yo impacté con él. Lo que aprendí fue que los conductores de motocicletas tienen la misma responsabilidad de compartir la carretera que el resto; y al jugarse más el físico, una mayor responsabilidad hacia ellos mismos y su pasajero. La responsabilidad es dar a los demás conductores el tiempo y el espacio necesarios para que se den cuenta de tu presencia. Es decir, circula dentro del límite de velocidad, y sitúate en un carril para no quedar oculto al tráfico que viene en sentido contrario. Esto da a los demás la oportunidad de verte y procesar lo que están viendo.

Cada vez que cojo la moto sólo tengo una idea en mente: mi objetivo número uno es llegar a mi destino con seguridad. Piénsalo: con el objetivo primordial de llegar a salvo, todo adquiere un un nuevo orden de prioridades. Lo primero que hay que volver a priorizar es “estar en el sitio correcto”. Con esta mentalidad, independientemente de tu prioridad de paso, atravesar un cruce o trazar una curva o lo que sea es, de repente, un reto muy diferente. Sin la regla de la prioridad de paso, sin la expectativa de que tu carril permanecerá sin obstáculos, sin asumir que el coche del cruce no se te echará encima o que el coche de al lado no invadirá tu carril, de repente te da un poder a ti como piloto para compensar los errores de los demás, independientemente de cuál sea su intención. Utilizando esta mentalidad, he evitado el desastre muchas veces.

Cada vez que cojo la moto sólo tengo una idea en mente: mi objetivo número uno es llegar a mi destino con seguridad. Con el objetivo primordial de llegar a salvo, todo adquiere un un nuevo orden de prioridades

Así que olvídate de que tuvieras o no razón; nunca serás el ganador si estás tumbado en la cama de un hospital diciendo con orgullo: “¡Pero si yo tenía la preferencia”. Sí, el otro era una idiota, pero ese día el llegó entero a casa. Sé el motorista más inteligente. Haz cambios de carril suaves para dar a los demás la oportunidad de verte y compensar tus errores. Vigila a los demás en la carretera y cede a sus errores. Tocar el claxon, gesticular o gritar no son acciones evasivas; en su lugar, céntrate en apartarte de forma segura. Según mi propia experiencia, los conductores que han tenido la oportunidad de no tener un accidente gracias a tus acciones evasivas suelen estar agradecidos y te saludan con la mano abierta en lugar de con un solo dedo.

Para resumir mi dura lección, aprende y practica grandes habilidades físicas de pilotaje, pero no te quedes ahí. Aprende una buena estrategia de conducción y practícala cada vez que coges la moto.

¿Cómo sabes que estás consiguiendo tener una buena mentalidad como motorista? Considera que cada vez que tengas que utilizar tus habilidades físicas de pilotaje, como esquivar al límite un coche o frenar al máximo, es un fallo de tu estrategia de pilotaje. Si puedes ajustarte y adaptarte a una situación mucho antes de que te veas obligado a hacer una maniobra evasiva, estás ganando: eres un piloto con cabeza.

Ray Petry es un entrenador certificado de la Riding Academy, y miembro del equipo de la Riding Academy™ de Harley-Davidson® Motor Company, con sede en Milwaukee.


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