
Hablemos de la tracción
He aquí una historia “con garra” sobre la tracción: la conexión entre los neumáticos y la carretera
TEXTO: RAY PETRY
Las motocicletas tienen zonas de contacto con la superficie de la carretera más pequeñas que los automóviles. Esto significa que entender los cambios en la tracción es de vital importancia para mantenerse en equilibrio y siguiendo la trazada deseada.
La tracción puede verse como un gráfico circular. Hay cuatro “trozos de tarta”, por así decirlo: uno para las fuerzas de aceleración, para las fuerzas de deceleración, las fuerzas de los giros y el último pedazo del pastel, la conocida como reserva de tracción – un margen de seguridad que no debe sobrepasarse. En cualquier momento de la conducción, es probable que utilices tracción de una o varias de estas categorías. Examinémoslas más de cerca. Acelerar consume tracción, y hoy más que nunca, la potencia disponible es impresionante.
En la mayoría de las motos, abrir el acelerador agresivamente consume mucha de la tracción disponible. Las curvas consumen tracción; las carreteras con curvas combinadas con un pilotaje agresivo, pueden poner realmente a prueba la tracción. Y las fuerzas de frenado, las más potentes de todas, pueden superar esa tracción disponible. Mezclar dos de ellas, como acelerar y tomarcurvas, o frenar mientras se toman curvas, puede consumir más tracción de la disponible y provocar un accidente. En estas tres categorías, ser suave con los mandos es una habilidad importante para conducir una motocicleta, es decir, dar a la “carga” de los neumáticos la oportunidad de transferir o poner más carga en esa zona de contacto para aumentar la conexión entre el vehículo y la calzada. Hoy en día disponemos de sistemas sofisticados para ayudarnos con la tracción, siendo el sistema antibloqueo de frenos (ABS) el más común – pero el ABS sólo ayuda en frenadas fuertes. Las motocicletas más modernas suelen incorporar un sistema de control de tracción para gestionar la tracción más allá de las situaciones de frenado.

¿Y qué pasa con la última porción del pastel de la tracción: el de la reserva? Bueno, eso es exactamente lo que dice, así que resérvala para cuando haya menos tracción de la que crees. El mayor problema con la tracción es que nunca sabemos realmente cuánta hay disponible y cuánta estamos usando. Como no hay un instrumento que nos indique cuánta hay, sólo podemos hacer suposiciones.
Hasta ahora sólo hemos hablado del uso que hacemos de la tracción; ahora vamos a aplicar esto a la superficie de la carretera. Incluso si te sientes confiado con las sensaciones de tu moto y tus neumáticos al acelerar, tomar curvas y frenar, la superficie de la carretera puede depararte algunas sorpresas que te proporcionen menos tracción de la que esperas. Veamos algunas trampas de tracción comunes y formas de conservar la tracción. En cada una de estas situaciones, lo mejor es evitarlas, pero ¿qué pasa cuando no tienes más remedio que cruzar una zona resbaladiza? En ese caso, lo mejor es hacerlo en una “condición neutra”, es decir, sin acelerar, desacelerar o tomar curvas para consumir tracción.
Eso incluye el frenado del motor, así que simplemente aprieta el embrague y cruza esta zona de poco agarre con la moto recta, y tendrás las mejores garantías de superarla con éxito.
Aceite y humedad. Incluso en días secos y soleados, la tracción puede cambiar inesperadamente. Una situación habitual son las manchas de aceite y la humedad que dejan los aparatos de aire acondicionado de los automóviles. Suelen ser problemáticas en zonas donde los vehículos se detienen, como cruces, peajes (¿te suena?) y junto a los surtidores de combustible. Esto puede resultar muy resbaladizo no sólo para los neumáticos, sino también para el motorista. Detenerse y apoyar el pie sobre una mezcla de aceite de motor y humedad puede suponer una lucha inesperada por mantener el equilibrio. Estate atento a esos “puntos negros” y evítalos en la medida de lo posible.
Rocío matutino. No, no es una nueva bebida de moda, es una capa invisible de humedad en la superficie de la carretera, y hasta que no desaparece con la salida del sol, añade una capa resbaladiza que reduce en gran medida la tracción disponible, así que ten cuidado. Limita tu intervención sobre los mandos para reservar tracción extra y tener en cuenta esta condición de poco agarre.
Marcas de tráfico sobre el asfalto. Los habrás visto en cruces, rotondas e incluso en carriles de autopista. Una superficie pintada tiene menos tracción que un pavimento sin marcar.
En algunas zonas se utilizan también láminas de plástico adheridas a la superficie de la carretera. Tanto las marcas pintadas como las laminadas resbalan cuando están mojadas, así que evítalas siempre que sea posible.
Barro. Una zona en obras o previamente inundada puede tener una capa de barro; es una situación que debes tratar como si fuera hielo. Si no puedes evitarla por completo, lo mejor que puedes hacer es reducir la velocidad antes de llegar a la zona afectada, apretar el embrague y cruzarla por inercia.
Recortes de hierba. Dirigir la hierba cortada de los márgenes a la calzada, aunque está prohibido en muchas jurisdicciones, sigue siendo algo que ocurre, así que echa un vistazo por delante e identifica este peligro antes de meterte en él. Si no puedes evitarlo, cruza de forma neutra, reservando tracción extra para cruzar con seguridad.
Lluvia. Los primeros 15 minutos de una tormenta son los más traicioneros, ya que el aceite acumulado en la carretera flota hacia la superficie, haciendo que las condiciones sean aún más resbaladizas. Sal de la carretera y tómate unos minutos para ponerte la ropa de lluvia. Esto permitirá que se limpie el aceite y mejore la tracción.
La conclusión es que la exploración de la carretera por delante debe incluir la consideración del tipo de superficie de la misma y lo que podría contener. Recuerda que en cualquier carril hay tres “subcarriles” que utilizan los motoristas, y aunque la estrategia de moverse entre ellos consiste principalmente en ver y ser visto, también es útil para evitar las condiciones de la superficie, incluidas las situaciones de baja tracción. A diferencia de los conductores de vehículos de cuatro ruedas, los motoristas deben gestionar la tracción de forma activa, y esto puede implicar cambiar de lado del carril para encontrar la zona de superficie más seca, evitar el aceite en el centro de un carril o incluso seleccionar un carril que esté en mejores condiciones. Recuerda que una conducción agresiva puede sobrecargar la tracción, pero una conducción inexperta puede hacer lo mismo.
Ser suave a los mandos en lugar de ser brusco y agresivo permite que la suspensión y los neumáticos de la moto gestionen mejor la capacidad de aprovechar al máximo la tracción disponible. Los cambios de inclinación graduales en las curvas y una aceleración y frenado suaves son la mejor manera de evitar perder la tracción con el asfalto.
Ray Petry es un entrenador certificado de la Riding Academy, y miembro del equipo de la Riding Academy™ de Harley-Davidson® Motor Company, con sede en Milwaukee.
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