Ráfagas del pasado

El miembro alemán Karlheinz Wedhorn retrocede en el tiempo al ver unos documentos de hace casi un siglo

El año pasado, mi amigo estadounidense Andrew Hascher me visitó en mi estudio fotográfico de Baviera (Alemania). Dejó caer en la conversación que su padre le había enviado unas postales y un carné de identidad a los que quizá me gustaría echar un vistazo. Naturalmente, quise hacerlo porque las fotografías antiguas siempre son interesantes.

Estas imágenes mostraban a dos hombres en traje de faena, riéndose delante de una turbina y, a juzgar por sus ropas, parecían haber sido tomadas en Alemania. El otro documento que me mostró era un carné de identidad expedido en 1926 –durante el Reich alemán– a un tal Georg Hascher, maquinista en la ciudad de Augsburgo. Rápidamente reconocimos al maquinista de la primera foto como el hombre de la foto del pasaporte. Entonces, con una sonrisa, mi amigo me pasó otra imagen: dos hombres, que sin duda estaban sentados en una Harley-Davidson^®.

Sin embargo, lo más destacado para mí fue una postal enviada desde Cleveland (Ohio) a Alemania el 15 de junio de 1927 y dirigida a una tal Srta. Rosa Schnell. No sólo revela a un orgulloso propietario de una Harley® que había emigrado a EE. UU., sino también al bisabuelo de mi amiga. No tenemos información sobre quién era el pasajero, pero podría haber sido otro pariente o amigo que se trasladó de Augsburgo con Georg.

Tras la minuciosa tarea de descifrar el texto de la postal, escrito con pulcritud en escritura Sütterlin hace casi 100 años, nos enteramos de que el mensaje dirigido a Rosa decía así:

Querida Rosa,

Quiero decirte brevemente que he recibido tu carta, por la que te doy las gracias. ¿Qué te parece mi moto? Querida, va de maravilla. Ya ves que tienes más posibilidades de llegar a alguna parte aquí que en Alemania.

Por desgracia, no pude interpretar el resto de la postal. Sin embargo, esta historia tiene un final feliz: Rosa siguió a su Georg a EE. UU., donde se casaron, y se llevó esta postal con ella. Se conserva este pequeño recuerdo de su «m-bike» y, desde luego, ella no podría haberle disuadido de conducir la endiabladamente rápida Harley. Otra fotografía muestra un club local recién fundado para motoristas alemanes de Harley-Davidson, iniciado por entusiastas de Cleveland. Esto significa, por supuesto, que ya entonces las Harleys no se consideraban solo un medio de transporte, sino que la gente ya utilizaba sus motos para viajes y salidas en grupo durante lo que sin duda era su escaso tiempo de ocio.

Hoy, Andrew es teniente coronel del ejército de los Estados Unidos y se encuentra destinado en Baviera, a sólo 80 km de donde vivía su familia en 1927. Aunque 20 años de servicio no han sido suficientes para llegar a poseer una Harley-Davidson propia, sigue siendo un pensamiento “quizá algún día”…