Liberación

Nacido en Alemania Oriental, las puertas del mundo se abrieron de par en par para Christian Blechinger cuando el Muro de Berlín cayó finalmente en 1989. En este artículo comparte con nosotros cómo una Softail® Deluxe le ayudó a aprovechar al máximo esta libertad

Mi pasión por las motos, y en concreto por Harley-Davidson, comenzó en mi infancia en Alemania Oriental, viendo la película C.C. and Company, protagonizada por Joe Namath, en mi pequeño televisor en blanco y negro.

Unos años después, en 1989, ocurrió lo que parecía increíble: cayó el Muro de Berlín. Y se abrieron las fronteras. A los 17 años de edad, comenzó para mí una nueva vida con unas posibilidades inimaginables.

Poseer una motocicleta Harley-Davidson® seguiría siendo un sueño para mí durante algún tiempo por motivos económicos. Pero mi vida sobre dos ruedas en el nuevo mundo libre comenzó de verdad con una serie de modelos de segunda mano de menor cilindrada. Con mi formación como mecánico de automoción, trabajé mucho en esas motos y las personalicé todo lo que pude. A través de esto, pude aprender a decidir lo que queda atractivo a la vista, en mi opinión, y lo que realmente se puede finalmente montar. Esto era algo importante, ya que no era nada raro para mí recorrer entre 300 a 400 km al día.

Con el tiempo, en 2013, tras años de ahorro y de crecimiento profesional, por fin llegó la oportunidad de comprar una Harley®, y elegí la clásica Softail® Deluxe, en color negro.

Después de la primera temporada, le cambié el manillar, el escape y las ruedas, y le monté un asiento para el pasajero con Sissy Bar para que mi mujer o mi hijo pudieran acompañarme. Luego, en el invierno de 2016-2017, me embarqué en un segundo proyecto con la ayuda de un amigo. Esto dio lugar a una rueda delantera más grande, un manillar alto y un nuevo esquema de pintura en blanco y negro. ¡Había nacido ‘Il Cattivo’, (El Malo), así la bautizamos!

A lo largo de los dos años siguientes se sucedieron muchas aventuras, desde rutas locales por el sur de Francia hasta un Desafío Iron Butt de 1050 millas (1700 km) y 22 horas de duración en 2018 y la participación en el evento aniversario del 115o aniversario de Harley-Davidson en Praga, República Checa, ese mismo año.

También en 2018 conocí a Milena y Claudio de Harley-Davidson® Verona en Italia. El trabajo de Claudio en las motocicletas me fascinó; tiene un gran talento y sensibilidad para las formas y los colores. Nos mantuvimos en contacto a lo largo de los años, y en 2021 le pedí a Claudio que rehiciera mi Deluxe, poniendo mi moto en sus hábiles manos.

Mis requisitos eran que fuera de color verde con un asiento de cuero marrón, que las ruedas se mantuvieran igual y que la moto siguiera siendo apta para viajar, con alforjas y asiento de pasajero extraíble y Sissy Bar. El trabajo comenzó en Harley-Davidson Verona a finales del verano de 2021, desmontando primero la moto por completo, incluyendo el motor y el cambio de marchas. Seiscientas horas después, todo había sido repasado, cromado, rectificado, pulido o pintado. Solo en la moto hay 22 capas de barniz transparente, con un color que va del verde claro al verde oscuro según la incidencia de la luz. El resultado es sencillamente alucinante.

Cuando finalmente recibí la moto en junio de 2022, mi primera intención era la de dar solo un pequeño paseo con ella de entrada. Pero la moto iba tan brillantemente bien que seguí avanzando sin parar desde el lago de Garda hasta el lago de Idro, pasando por los puertos de Maniva y de Croce Domini.

Me encanta pilotar mi Harley®. La moto y yo somos un solo ente; solo nosotros y el paisaje, la libertad. Sin que suene ningún móvil, escuchando solo el sonido de mi Big Twin.

A menudo pienso en el regalo que me hicieron. He visto muchos países y he conocido a gente estupenda con esta Softail Deluxe, algo que era impensable antes de la caída del Muro. Mi moto me hace humilde y, al mismo tiempo, infinitamente feliz. ■

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