Tío Sam 2023: diario de un viaje por carretera, 3ª parte

El Mons Chapter Bélgica explora las maravillas del Parque Nacional de Yellowstone y Eric se lleva una sorpresa…

Texto y fotos: Eric Bierny

Día 9: Cody, Cooke City, Hot Spring y West Yellowstone, 280 km
El tiempo era soleado y cálido cuando tomamos la autopista 120 de Wyoming, y luego la 296 (la “Carretera de la Colina de los Indios Muertos”) para unirnos a la autopista Beartooth hasta Cooke City. La autopista Beartooth es el paraíso de los motoristas, con muchas curvas a través de paisajes excepcionales, praderas con vacas y otra vida salvaje. Nos detuvimos junto a un río que bajaba de la montaña, nos relajamos e hicimos algunas fotos antes de retomar la carretera. Cuando llegamos a la entrada noreste del Parque Nacional de Yellowstone, almorzamos en el aparcamiento y hablamos con unos visitantes franceses.

A las 14h 30 reanudamos nuestro viaje para ver el Árbol Petrificado, y luego continuamos hacia Mammoth Hot Springs. El agua caliente brota del suelo, cayendo en cascada sobre terrazas de travertino. De vuelta, rodamos con la puesta de sol en el horizonte: ¡precioso! Cruzamos el paso de Dunraven, a 2700 m de altitud y llegamos al hotel sobre las 21h y empezamos la noche con una parrillada, vino y cerveza… gracias a Vincent y Pascale, que se adelantaron para hacer las compras.

Día 10: Explorando Yellowstone
Me desperté temprano por la mañana y recorrí la pequeña “ciudad”. De vuelta al Motel Westwood, disfrutamos juntos de un agradable desayuno y hablamos sobre la jornada que teníamos por delante, antes de hacer algunas compras y dividirnos en grupos para explorar el parque. Nuestro grupo se detuvo en Norris Geyser Basin y Beryl Spring, y luego nos dirigimos al Cañón de Yellowstone. Almorzamos y bajamos por el sendero para ver las Cataratas Inferiores, y luego terminamos el día visitando el West Thumb y el Gran Manantial Prismático. Saludando a otros motoristas, vimos a una madre osa con su osezno, además de algunos bisontes solitarios. Unas obras en la carretera ralentizaron nuestra visita al parque, pero podrías pasarte una semana entera en él y aun así no haberlo visto todo…

Llovía a cántaros cuando volvimos al hotel para pasar la noche libre. Mi familia y yo pasamos una noche estupenda en el restaurante y, durante la cena, me enteré de que uno de mis hijos se había declarado a su novia. Un amigo, que cenaba con nosotros, va a ser su padrino. ¡Menudo día!

Día 11: Oeste de Yellowstone, Jackson Hole y Pinedale, 320 km
Hicimos las maletas, salimos del motel y nos pusimos en camino para ver el Gran Manantial Prismático desde arriba. Ya había cola en la entrada del parque, y caminamos por un sendero hasta la terraza de observación. Tras hacer todas las fotos que pudimos, continuamos hacia Old Faithful, llegando justo cuando el géiser soplaba. Compramos algún souvenir mientras esperábamos otra erupción, y finalmente sopló un chorro de vapor y agua caliente. Pudimos oírlo y sentir las gotas de agua en la piel: ¡la espera mereció la pena!

Salimos del parque en dirección al Parque Nacional de Grand Teton (otro parque alucinante) antes de que nos pillara una tormenta mientras nos dirigíamos a Jackson Hole. Justo después de la lluvia, el aire se llenó del aroma de los pinos y sentí una total sensación de libertad y felicidad. Ésta es una de las razones por las que me encanta viajar en moto.

A media tarde descubrimos Jackson Hole, visitamos el concesionario y paramos a tomar una cerveza en un bar. Nos dirigíamos a la última parada del día: Pinedale. La carretera a Pinedale es otro paraíso para un motorista, serpenteando entre las colinas y siguiendo el cauce del río Hoback, cruzándolo de vez en cuando. Llegamos a nuestro hotel a las 8 de la tarde, y terminamos el día cenando. Después, nos encontramos con un perro perdido en la calle y llamamos al número de teléfono de su placa. Era del dueño del restaurante donde acabábamos de cenar, y nos dio las gracias: el perro no había sido visto desde media tarde. La vida puede ser extraña a veces, qué día tan mágico.

Día 12: De Pinedale a Vernal, 340 km
Nos despedimos de la cabeza de bisonte que lucía en nuestro hotel y nos dirigimos a Flaming Gorge por la carretera 191. Jugando al gato y el ratón con la lluvia, el paisaje era tan precioso como los días anteriores. A la hora de comer nos detuvimos en un restaurante familiar en Cedar Springs Marina. La comida estuvo bien, y nos divertimos haciendo bromas y comentando nuestro viaje. Por fin llegamos a Vernal, Utah, y nos registramos, yendo directamente a Jensen para echar un vistazo rápido a la exposición de dinosaurios antes de que cerrara.

Día 13: De Vernal a Moab, 340 km
Salimos temprano y seguimos rodando para llegar a Moab, Utah, por la tarde. La lluvia matutina refrescaba el aire y dejaba olor a heno en el ambiente. Pudimos ver pequeñas torres de perforación petrolífera tras cruzar la frontera estatal, y después de adentrarnos 160 km en Colorado, vimos cómo el paisaje cambiaba de pinos verdes a desértico, con vegetación baja y cactus. Tras pilotar durante hora y media, nos detuvimos para disfrutar del paisaje y descansar. Optamos por seguir el curso a lo largo del río Colorado y a través de desfiladeros de camino a Moab, ¡una pasada de recorrido una vez más!

Al llegar a Moab hacia el mediodía, la temperatura era de unos 40ºC y nos detuvimos en Gloria’s para almorzar, donde agradecimos el aire acondicionado. Luego salimos en dirección a Dead Horse Point para comenzar nuestra exploración del Parque Nacional de Canyonlands y el Parque Nacional de Arches. Conocimos a una pareja francesa de Grenoble que viajaba de luna de miel, y amablemente nos ayudaron a hacernos una foto de grupo.

Un poco más tarde, mientras caminábamos hacia nuestras motos en Mesa Arch, estuvimos charlando con tres motoristas que habían ido en moto desde Watertown, Dakota del Sur, a Yellowstone y luego a Moab. Al anochecer, agotados por el calor, algunos de nosotros nos detuvimos en un supermercado a por comida y agua, mientras otros continuaban por el parque. Todos estábamos muy cansados, comimos en nuestras habitaciones y disfrutamos de la piscina del hotel.

En el próximo capítulo: boda sorpresa, con un oficiante matrimonial aún más sorprendente.

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